El desarrollo de la investigación por los presuntos hechos de corrupción en la Agencia Nacional de Discapacidad (Andis) sumó un nuevo capítulo esta semana con la presentación, y posterior negativa a declarar, de Daniel Garbellini, ex director del programa Incluir Salud. Señalado por los pesquisas como una figura clave en el desvío de fondos, Garbellini acudió a Comodoro Py, pero decidió abstenerse de responder a las preguntas del fiscal y el juez, una postura que se ha vuelto común entre los imputados.

Garbellini, cuya función como titular de Incluir Salud lo ubicaba en el corazón del esquema de la Agencia, se presentó formalmente este jueves ante el juez federal Sebastián Casanello y el fiscal Franco Picardi. Su comparecencia era esperada como una instancia crucial para aportar luz sobre el funcionamiento interno de la mecánica de desvíos que se le atribuye a la cúpula de la Andis.

Sin embargo, el ex funcionario optó por una estrategia defensiva minimalista. Se limitó a escuchar la acusación completa que pesa sobre su persona en el marco de la causa, pero ejerció su derecho constitucional a no responder ninguna de las preguntas que la Justicia tenía preparadas, manteniéndose en absoluto silencio respecto a los hechos que se le imputan.

Esta negativa a colaborar con la Justicia se enmarca en un patrón que se consolidó apenas un día antes con la declaración de su predecesor. La postura de Garbellini llega justo después de que el ex titular de la Andis, Diego Spagnuolo, también acudiera a los tribunales federales, en el marco del expediente conocido como Coimagate, y asumiera una posición similar de hermetismo.

Guardar silencio

Spagnuolo, abogado y allegado al presidente Javier Milei, había negado en principio los hechos centrales de la acusación. El ex director de la Andis se tomó el tiempo de aclarar algunos puntos de su defensa que forman parte del expediente; no obstante, siguiendo el mismo camino que Garbellini, optó posteriormente por guardar silencio ante el interrogatorio judicial. De esta manera, Garbellini y Spagnuolo se sumaron a la lista de imputados que, al pasar por la etapa de indagatoria, han decidido mantener la boca cerrada, convirtiéndose este último en el tercer acusado en adoptar esta actitud procesal. Antes que ellos, el médico Pablo Atchabahian y el empresario Miguel Ángel Calvete también se habían negado a declarar en la causa.

Atchabahian, otro de los acusados centrales, permanece bajo arresto domiciliario en Mendoza, mientras que el empresario Calvete es descrito por la fiscalía como un estrecho colaborador de Spagnuolo, a quien visitó en la Agencia al menos cinco veces entre 2024 y 2025, evidenciando una conexión significativa entre ambos.

Las pruebas recolectadas por los investigadores federales son contundentes, y se basan en evidencia física y comunicaciones interceptadas. Los registros de cámaras de seguridad permitieron reconstruir entradas del ex funcionario Spagnuolo en el domicilio de Calvete, en una ocasión ingresando con una mochila, un detalle que para la fiscalía resulta particularmente relevante y sugiere movimientos de objetos de valor.

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A esto se le añade un audio de agosto de 2025, donde Calvete hace una referencia directa al envío de “cinco palos para el boludo del pelado que viaja a Israel y no tiene efectivo”, una frase que los pesquisas atribuyen directamente a Spagnuolo. Esta conversación no solo exhibe un supuesto tráfico de dinero, sino que, según la acusación, muestra la habitualidad y coordinación con la que operaba este presunto mecanismo de corrupción.

La declaración de Garbellini, citado a indagatoria a pesar de que el fiscal Picardi había solicitado la detención de Spagnuolo (rechazada por Casanello), era vista como un punto central para definir la situación procesal de uno de los funcionarios más vinculados al funcionamiento interno del esquema. Al negarse a la indagatoria, el ex director de Incluir Salud podría complicar aún más su situación judicial, dejando un vacío que los investigadores buscarán llenar con la evidencia ya recolectada.